En su estreno como escritora la periodista Pepa Bueno narra la historia de José Mari y Víctor, a los que ETA dejó huérfanos en el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, en el que también murió su hermana pequeña
El 11 de diciembre de 1987, José Mari tenía trece años, y Víctor, once. Residían con su familia en la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza. Poco después de las seis de la mañana el edificio voló en pedazos. ‘Vidas arrebatadas: los huérfanos de ETA’ el debut literario de Pepa Bueno, una de las grandes periodistas de nuestro país que ha dado forma a una historia que retrata el drama de dos vidas, de dos niños inocentes sin familia y sin la protección de las instituciones. Un viaje, muy necesario, entre la crónica y la no ficción a través de la memoria de las víctimas, de las que no se ha hablado lo suficiente con el paso de los años.